La década de los 90 fue la era de los uniformes holgados, el razzmatazz y algunos jugadores maravillosamente talentosos; echamos un vistazo más de cerca a tres que grabaron su nombre en la historia del fútbol.
Zinedine Zidane
El francés era tan elegante y elegante de ver que el director de fotografía Darius Khondji decidió entrenar 17 cámaras en el ex Galáctico en el transcurso de un solo partido para Zidane: un retrato del siglo XXI.
El Zidane-a-thon de 90 minutos probablemente no sea uno para Netflix y relajarse, pero por Dios es hermoso.
No confundas la gracia de Zidane con la debilidad. Él era a la vez bella y bestia. Con el balón en los pies, Zizou era hipnótico: técnicamente exquisito, increíblemente equilibrado y engañosamente rápido.
Mostró todas estas habilidades con una calma desconcertante, sin importar cuántos aspirantes a tackleadores intentaran sacarlo de su posesión.
Tan imperturbable como parecía, el creador de juego de 6 pies 1 pulgada tenía sus botones y cuando se activaron se volvió Hulk.
La Copa del Mundo de 2006 resume la paradoja del estilo y la furia que hierve a fuego lento dentro de Zidane. A los 34 años salió del retiro y fue capitán Les Bleus a la final con una serie de actuaciones inspiradoras que le valieron el premio al jugador del torneo.
Pero en el partido por el campeonato, Marco Materazzi le dio tanta cuerda que reaccionó con un cabezazo en el pecho. Fue expulsado e Italia pasó a levantar el trofeo.
Pero, oye, ¿y qué? Ya lo había ganado en 1998, anotando dos goles en la final cuando Francia derrotó a Brasil en casa.
Dos años más tarde levantó el trofeo del Campeonato de Europa y volvió a ganar al jugador del torneo. El éxito de Zidane a nivel de clubes fue igualmente impresionante, ya que ganó una gran cantidad de honores con la Juventus y el Real Madrid.
Sir Alex Ferguson una vez acusó a Zidane de estilo sobre sustancia: si marcar dos goles en la final de la Copa del Mundo no fue suficiente, también marcó uno de los mejores goles de todos los tiempos para el Real Madrid en la final de la Liga de Campeones de 2002. Lo siento Fergie, pero estabas equivocado.
Ronaldo
Imagínese un jugador con el atletismo de Cristiano Ronaldo y la habilidad de regate de Lionel Messi. Parece improbable, ¿verdad? ¿Cómo podría ser de este mundo un ser humano con poderes sobrenaturales? Bueno, en su apogeo, Ronaldo Luís Nazário de Lima fue esta bestia divina.
A pesar de sus lesiones, el brasileño logró marcar 350 goles en el fútbol de clubes y 62 en 97 partidos con su país.
Con los colores de Cruzeiro, PSV, Inter de Milán, Real Madrid, AC Milán y Corinthians, Ronaldo ganó varios títulos, pero fue su temporada solitaria en el Barcelona y sus logros con la selección brasileña lo que mejor representa su extraordinario talento.
Después de anotar 19 goles en 21 partidos y ganar la Copa de Holanda durante una temporada plagada de lesiones con el PSV, se unió al Barcelona en 1996 por un récord mundial de £ 13.5 millones.
Jugando para Sir Bobby Robson, anotó la asombrosa cantidad de 47 veces en 49 apariciones, ayudando al equipo a ganar la Recopa y la Copa del Rey.
A finales de 1996, con 20 años, Ronaldo se convirtió en el jugador más joven en ganar el premio al Jugador Mundial del Año de la FIFA. Lo volvió a ganar en 1997, junto con el Balón de Oro.
Sus actuaciones durante esta campaña fueron electrizantes. Imagínese esto: un vehículo con la potencia y la construcción de un muscle car estadounidense y la velocidad y el manejo de un automóvil de carreras de F1. Estos dones físicos se complementaron con habilidades más en casa en el patio de la escuela y un tiro comparable a un canon.
Increíblemente, Barcelona vendió a Ronaldo al Inter de Milán la temporada siguiente, donde continuó reinando como el mejor jugador del mundo, pero las lesiones comenzaron a pasar factura y nunca logró replicar las emocionantes actuaciones que produjo en Cataluña e Italia.
Pero regresó de la decepción de la derrota en la final de la Copa del Mundo de 1998 y de una lesión que amenazó su carrera sufrida en 1999 para ganar la Copa del Mundo en 2002, reclamando la Bota de Oro como máximo goleador con ocho goles.
Antes de que su carrera fracasara, antes de que su tocayo Cristiano se convirtiera en uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, antes de que fuera ridiculizado en el retiro por tener sobrepeso, el Oh Fenômeno (El Fenómeno) fue imparable.
Dennis Bergkamp
Un bucle de vídeo del sublime hat-trick del holandés contra el Leicester City en 1997, titulado "Ice", no se vería fuera de lugar en una instalación de arte contemporáneo.
Era un objetivo que encapsulaba las habilidades únicas de Bergkamp. Inteligencia, tacto hábil y frialdad desconcertante.
En caso de que no lo hayas visto, el 'Hombre de Hielo' controla un pase elevado por encima de su cabeza de David Platt, antes de usar su segundo toque para engañar a Matt Elliott. Con su tercer toque, se pone a sí mismo y con el cuarto, lanza el balón al techo de la red pasando a Kasey Keller.
Hay una serie de goles que podrían considerarse la obra maestra de la leyenda del Arsenal: el contra el Newcastle de 2002, su ficha contra el Bayer Leverkusen durante la misma temporada, el gol de Holanda contra Argentina en el Mundial de 1998, podríamos continuar. . Antes de unirse al Arsenal en 1995, donde terminaría su carrera en 2006, se crió en la famosa academia del Ajax y tuvo su debut profesional con el legendario Johan Cruyff en 1986.
Después de ganar todo lo que había para ganar en Holanda, se unió al Inter de Milán en 1993 por £ 7.1 millones. Bergkamp no pudo establecerse en Italia y después de dos temporadas se mudó al norte de Londres en un acuerdo por valor de £ 7.5 millones, una transferencia que ayudó a transformar el club.
Una vez que Arsene Wenger fue nombrado entrenador en 1996 y convirtió al holandés en el eje de su ataque, con énfasis en el fútbol dinámico y de posesión, Bergkamp hizo lo suyo.
Combinó una mentalidad ganadora con una habilidad técnica exquisita que llevó a los Gunners hacia el éxito durante 11 temporadas cargadas de trofeos en el norte de Londres.
Bergkamp pasará a ser uno de los mejores jugadores de la historia de la Premier League.
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